Ni sus sacerdotes ni sus historias sagradas hablaban de dioses tan crueles ni codiciosos. Sí, de su inmortalidad. Los americanos de la Isla Boriquén apresaron a un soldado de apellido Salcedo y lo ahogaron cuidadosamente en un río. Luego lo tendieron sobre la orilla y acuclillados a su lado, en silencio, aguardaron varios días. Salcedo no resucitó y comenzó a descomponerse con pestilencia, como si fuera uno de ellos. Un coro de alaridos de guerra se elevó hacia el cielo: los llegados del mar no eran dioses...Importante labor la del folklorista, el rescate de las identidades subyugadas a la que se identificó como "identidad oficial"... 500 años de historias entrecruzadas entre la america nativa y la arribada desde los mares... Historias tristes, historias clandestinas que pretendieron ser ocultas bajo el aditamento de una Historia Nacional despojada de su herencia...
America Mestiza, por mi sangre corre la tristeza de tu tierra ultrajada entreverada con la que vino desde más allá de los mares que delimitaban tus costas...
"Rescatemos en el Folklore tu raíz madre, tu herencia, la que se plasma en mis romances... mis añoranzas... Mis Romances de esta Tierra Gaucha..."
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